jueves, 27 de marzo de 2008

Poema - Sexta Seis Sacra




Sexta – Seis - Sacra

I

Tal vez, todo lo que he perdido:
Mis bolitas, las medias,
los boletines, mis amores,
el frío, esta sangre,
el frasquito blanco de colirio,
continúen supurando cerca mío,
unidos firmemente al ancla
que arrastro desnudo por el
pasillo de mi casa / casa mundo /
mundo encierro/ casa
y que siento ahogar su sonido metal,
sobre mis firmes
piernas
presas.



II

Imagino que de algún modo, logro exudar
el oxido de hierro que se extiende
sobre mis ojos, solo para descubrir
atónito una ceguera nueva;

Una que me viste de amo,
que perfuma mi cuerpo con
Givenchi Pour Homme,
que me permite denigrarte
con una sonrisa sudada
y un sexo fláccido,
que mis pantalones
Tinmberland no logran endurecer.


III

Duelen las piernas de correr anclado.


IV

Soy, el primer Dios-Hibrido, columpiándome
entre la vida y lo inerte, entre el peso y el aire.

Mírenme brillar de emoción,
al ingerir Tromadol, Codeína,
Metadona, Clonazepam;
sabiendo que lo único que
nos ancla a nosotros, los dioses,
son los sueños de los muertos.


V

¿Habrán anclas en mis sueños de muerte?



VI - Final

Comienzo inefablemente
a hundirme bajo el peso de
mi ancla, y mientras observo un
cartel que me dice que compre el nuevo
Motorola 1600 de plasma liquido,
siento una boca
acariciarme
las manos / manos secas /
secos muros / manos
y sonrío.