La cuarta parte del segundo libro de Axiomas Nocturnos.
IV
Mi chica punk-axioma
se hizo un amigo chileno,
que la bañó en su ducha,
que me dijo al oído:
“Weon picante, estudia weon,
¡trabaja! para de robar,
dai vergüenza weon”
Respiré profundo,
fumé una calada más
de mi cigarro
y lancé el humo
en su cara
mi puño encontró
su pera, mis piernas
encontraron sus costillas.
Mi chica punk-axioma
se hizo un amigo chileno,
que la bañó en su ducha,
que me dijo desde el suelo:
“Weon basta, no me golpees
mas weon, para ya weon,
dai miedo weon”
Fumé una calada más
de mi cigarro…