sábado, 24 de mayo de 2008

Boina Gris lee una nota de Bocho Fresco olvidada por este en un bar

A Paula Peyseré

Boina Gris habla solo nuevamente,
se encuentra sentado en un bar
que fácilmente podría confundirse
con “La Paz” o el “Tuñon”,
sin embargo pertenece al embrión
del barrio llamado La Matanza Downtown.
Los bordes de las paredes del viejo bar son negros,
como la espesa pelusa en el ombligo del pobre.

Boina Gris murmura para si mismo entre dientes:
¿Quién hubiera imaginado Bocho Fresco,
ver mi ciudad atravesada por tu prisma
de calidoscopio? Cada vuelta completa
mente diferente a la anterior.

Satisfecho con su razonamiento se levanta
erguido de su silla con intención de avanzar
hacia el baño, pero cae automáticamente al suelo.
Alguien ató juntos los cordones de sus mocasines.

Desde la losa fría, Boina Gris murmura dolorido:

Cada vuelta completa-mente diferente a la anterior.
Ya me las vas a pagar Bocho Fresco, cada vuelta…